Estoy escribiendo. La sombra de mis dedos persigue las letras que voy dejando hechas palabras. Mi puño calienta el papel blanco mientras sobre mi cae la lluvia. Tengo frío. Escucho el roció en los alrededores, el frío encuentra refugio debajo de mi abrigo. La calle cobra una vida, los carros salpican el agua de los charcos. Las encaprichadas nubes siguen colmando la noche, y yo…
y yo ahora mismo comienzo un nuevo párrafo.
El pasatiempo de la lluvia parece ser el más tonto capricho de las nubes. Sigo escribiendo. Entre tinieblas los aviones encuentran las pistas de aterrizaje. El tiempo avanza. Mis letras continúan manchando el papel blanco mientras la lluvia tiene encharca lentamente las calles desiertas. Hace frío. Encuentro la calle fuera de su órbita usual, llena de brillo, escandalosa por los autos que pasan sobre sus charcos, sutil como el cielo porque está ocupada –es sin duda el gran logro de la lluvia:
Llenar las nubes y poseer las calles.
Redacto uno de los tantos mil sueños que el cielo me ha confiado. Hoy durante esta irreverente lluvia he encontrado las palabras para imaginar. La historia de la lluvia comienza en un firmamento con una luna menguante encabezado de estrellas. Brillo y resplandor es lo que quiere la lluvia por eso el de sus gotas. Frío y celeste es su temperamento por eso su sutil rocío en las noches de invierno. Siento el frío. Y confirmo en el reflejo de las encharcadas calles la grandeza de la lluvia.
Dejo de llover y quedo una noche sin estrellas.
y yo ahora mismo comienzo un nuevo párrafo.
El pasatiempo de la lluvia parece ser el más tonto capricho de las nubes. Sigo escribiendo. Entre tinieblas los aviones encuentran las pistas de aterrizaje. El tiempo avanza. Mis letras continúan manchando el papel blanco mientras la lluvia tiene encharca lentamente las calles desiertas. Hace frío. Encuentro la calle fuera de su órbita usual, llena de brillo, escandalosa por los autos que pasan sobre sus charcos, sutil como el cielo porque está ocupada –es sin duda el gran logro de la lluvia:
Llenar las nubes y poseer las calles.
Redacto uno de los tantos mil sueños que el cielo me ha confiado. Hoy durante esta irreverente lluvia he encontrado las palabras para imaginar. La historia de la lluvia comienza en un firmamento con una luna menguante encabezado de estrellas. Brillo y resplandor es lo que quiere la lluvia por eso el de sus gotas. Frío y celeste es su temperamento por eso su sutil rocío en las noches de invierno. Siento el frío. Y confirmo en el reflejo de las encharcadas calles la grandeza de la lluvia.
Dejo de llover y quedo una noche sin estrellas.
Mis ideas se han agotado.
El frío re-afirma su postura por todo mi cuerpo, pero al menos tengo las manos calientes.
2 comments:
con gusto tu narracion de la lluvia y sus explicaciones. tiene imagnes urbanas y un sentido interior contemplativo desarrollado,me gusta como usas el lenguaje y como la escitura es fluida y tiene la espesura de ver mas alla del cristal y sentir el entorno .
gracias Ivnh por compartir
Cuando aparece la lluvia aparece la contemplacion de la vida...
tu imaginacion es bella , tus explicaciones filosoficas me obligan a ver mas alla de las calles y el frio, escribes con tranqilidad y parsimonia, desarrollando el texto como un adagio de Bach.
como si la lluvia te marcara ese ritmo de nostalgia
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