Sunday, January 6, 2008

Canto mañanero de un próximo porvenir

Si mañana regresara y tú no estás, comprendería que todo lo que paso entre nosotros fue una eternidad, que tus besos y tus caricias pudieron lograr lo imposible: ahuyentar viejos fantasmas, que dejaron el legado de tus tantos años como mujer sobre mi piel. Me iré por los callejones, volveré a llegar hasta nuestro punto de encuentro pero no volveré a esperarte porque los recuerdos jamás esperan. Llegare otra vez a la misma conclusión de siempre. El mar se abrirá ante mí, el desierto inmovilizara sus arenas, y el cielo... que digo el cielo volverá a desaparecer. La ruta que debo tomar después de ti será la misma. Las memorias no serán mi equipaje y si son maletas que debo llevar entonces estarán vacías.

No vendrás conmigo porque soy ave de paso, ave de furia, ave de prisa. Y aunque quisieras dudo que realmente quieras acompañarme. Tengo tan presente como tú, la semejante tarea que tienes en tus manos. Dos hijas, una como tú y la otra despiadada.

Hoy emprenderé de nuevo mi transcurso. Confía en mí, caminaré con alegría, volveré a correr y a saltar, a detenerme y reanudar mi marcha. Si he de llevar en mis espaldas la gorda tristeza, no te preocupes que se la regalare al primer enano que me encuentre en mi camino. Las sueños serán aves de paso y sé que las manzanas serán las esperanzas que tanto he buscado.

Mi espera será la misma aunque sabes que nunca esperé nada de ti y dudo que en el futuro vuelva a generar otra esperanza.

Volveríamos a encontrarnos dado que la posibilidad la sujeta tus manos, pero no te olvides que la trascendencia hacia el más allá es mi absoluta responsabilidad, así que no cuentes más conmigo.

Saturday, January 5, 2008

Primera solución a la espera

Llueve por fin. Las gotas frías caen, lluvia helada de invierno congela los espacios mórbidos en los que escribo sobre las memorias de tu reciente vida a mi lado. Siento el aliento lleno de insensatez, se me cierran los ojos ante el descaro. Alcanzo a ver desde mi ventana el cielo plomizo, me aterra pensar como será el cielo cuando deje de llover. Para aquel entonces tendré por olvidado el diluvio y estaré entre los ámbitos de nuestro mas reciente pasado gozando una nuestras tantas memorias. Desde ahora se me antoja vivir dentro del acontecer de las mañanas lluviosas, acompañadas de música ligera y el susurro dictándome cada una de tus mentiras. Sé que con el tiempo el sol se volverá a asomar, abrirá los anchos cielos y los llenara de azul. La rareza de la lluvia se ira, pero volveras aparecer vos. De canción a canción deslizare las letras, palabras pronto serán celebre frases de amor. Cuando llegue al final del párrafo te prometo que corregiré cuanto deba y pueda. A estas alturas de la escritura la lluvia guardara sus recuerdos en los charcos aunque seguirá cayendo agua de las azoteas, y esto será el final de esta breve borrasca. Y volveré a sentarme a esperar la lluvia de la misma manera como disimulo mi espera para volver a verte. La oportunidad que espero tener es como la del sol en la madrugada.

¿Cómo podría podría perder la oportunida de verte desde mi ventana?

¿Cómo podría no escuchar la lluvia?


Por eso mi espera es peca de tranquilidad por eso escribo mientras el cielo se despeja. Tengo claro que puedo esperar lo que sea necesario, total al final sé que te volveré a ver por mi ventana y que la lluvia volverá a entristecer los cielos del sol. Esto sin duda me hace entender que vale la pena esperar por vos.